Maldición Gitana
Guárdete Dios
De que algún día
Yo te odie
Tanto como te amo.
Porque solo
Un amor como este
Engendra un odio a la par
Y porque no sea menos
Profundo ni entregado
El corazón con el que te amo
Sea pues, igual
De entregado y profundo
El odio que coseches.
Porque toda la piel
Que te doy
Se vuelva amargo cuero
Si me traicionas las rosas
Que en tu lecho deshojo.
Porque toda la miel
Que en tus cuencos derramo
Se haga hiel
Si me faltas al amor
Si me dejas sin la entrega
Si te vas con la ramera
Del fondo de la calle
A hurtar bajo un farol
Tajadas sangrantes de mi fe
De mi honor y mi confianza.
Que por los siglos
Te persiga mi odio
Intolerante y profundo
Si descubro que te mofas de mí
En otros lechos
Porque nunca te ha faltado
El alimento de mis pechos
Ni la leche de mis ríos
Ni las sedas de mis pieles
Todas las pieles con las que
He engalanado mi cuerpo
Para que una a una
Las quitases sin aburrirte jamás.
Porque nunca se ha
Cerrado para ti el camino
Que te lleva al cielo
Y al infierno en sucesivas
Muertes y resurrecciones.
Porque nunca en mi boca
Ha entrado otra lengua
Más dueña y señora que la tuya
Porque nunca han salido
De mi boca otras palabras
Ni otro nombre
Que no fuese en tu honor, y tuyo.
Ni te atrevas a llamar
A la meretriz por su nombre
Porque mi corazón lo sabría.
Y entonces el cuervo de mi odio
Iría a arrancarte los ojos
Del alma traidora
Para que nunca más vieras
Otra cosa que mi aura enceguecida.
Porque sólo un amor
Como el que yo te entrego
Merece un odio similar
Si es traicionado,
Haría que me odies
Ah, sí. Que me odies y maldigas
Tanto como cuanto
Me has bendecido jadeando...
Gúardete Dios
Que algún día,
Te odie yo
Cuanto hoy te amo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario