Su alma, en esos breves instantes que transcurren entre la muerte y el abandono del cuerpo físico, reconstruye la escena fatídica y controla el impulso que lo llevó a abalanzarse sobre una moneda abandonando el anden segundos antes de que una buseta le pasara por encima.
Su alma, en esos breves instantes que transcurren entre la muerte y el abandono del cuerpo físico, reconstruye la escena fatídica y controla el impulso que lo llevó a abalanzarse sobre una moneda abandonando el anden segundos antes de que una buseta le pasara por encima.
Este truco le permite creer (a su alma que de ahora en adelante, y dado que es todo lo que queda, llamaremos simplemente él), que su espantosa muerte no es más que un gran susto y la pérdida irremediable de 500 pesos.
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