martes, 5 de junio de 2012

Pretexto para que alguien haga un cuento.

La humana costumbre de reconstruir situaciones en las que nuestras acciones acarrearon consecuencias desagradables o trágicas, buscando ese pequeño detalle que desencadenó todo y creyendo que con esa mínima modificación del pasado todo se resolvería, es la que le impide darse cuenta de que murió.
Su alma, en esos breves instantes que transcurren entre la muerte y el abandono del cuerpo físico, reconstruye la escena fatídica y controla el impulso que lo llevó a abalanzarse sobre una moneda abandonando el anden segundos antes de que una buseta le pasara por encima. 


Su alma, en esos breves instantes que transcurren entre la muerte y el abandono del cuerpo físico, reconstruye la escena fatídica y controla el impulso que lo llevó a abalanzarse sobre una moneda abandonando el anden segundos antes de que una buseta le pasara por encima. 
Este truco le permite creer (a su alma que de ahora en adelante, y dado que es todo lo que queda, llamaremos simplemente él), que su espantosa muerte no es más que un gran susto y la pérdida irremediable de 500 pesos.  

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