viernes, 6 de febrero de 2015

De alguna forma está contento.

Éste es un obrero común y corriente, mampostero generalmente pero sabe hacer "de todo".
Armando una de las formaletas para las vigas del tercer piso se enterró un alambre en el dedo. Una gotica de sangre, dedo a la boca y sacudida de la mano; una maricada.
Pasa un día y molesta un poco, pasan dos y sigue molestando, pasan 3 y todavía, pero es fácil de olvidar.
Es muy fácil que pase desapercibido, ni siquiera el enrojecimiento progresivo del dedo es realmente preocupante, además el dolor es muy esporádico.
Existe la sospecha de que la pequeña herida pude tener algún tipo de consecuencia más grave, pero este mes no hemos pagado la eps. Igual hay tiempo, es tan pequeñita que lo que sea que se está desarrollando ahí no puede crecer muy rápido.
Han pasado tres meses y hoy duele la muñeca, se sospecha que ese dolor está asociado con el pinchazo del alambre. Mejor ir a ver al doctor, un primo de un compañero de la obra, un enchapador, es enfermero.
"Uy compadre, eso está ya complicándosele , debería ir a que le traten eso, mire que se le puede agravar" y decide que sí, que qué esta maricada que mañana va a urgencias, ah, no, mañana no, es que mañana toca terminar los muros del quinto piso.
Pasado mañana tampoco fue, es que ese hospital da como miedo, y lo tratan a uno como un culo, como si uno supiera de eso. "¿Le duele es el radio o el cúbito?" "¿Qué vertebrita es la que le molesta?" "No caballero, sin el número de la vértebra no le podemos ayudar".
Pasaron 3 meses más, un día duele el codo, claro, que susto más hijueputa. Hoy no fue a trabajar, fue desde temprano donde un médico que le recomendaron. Lo que sea que no sea ir al hospital.
Pero va a tener que ir al hospital, va a tener que ir a que le quiten el brazo, ese brazo ya no se salva.
De alguna forma está contento porque sabe que le va a dejar de doler el dedo.

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